Tres expresidentes de México, ‘presuntos’ bandoleros del siglo XXI

CELTIBERIA SHOW

SANTIAGO J. SANTAMARÍA GURTUBAY

Salinas de Cortari, Calderón y Peña Nieto asaltaron las instituciones como antiguamente sus antepasados históricos atracaban las diligencias en los caminos. La derecha y sus ‘yuppies’ sin límites, auténticos lobos voraces y bulímicos de Wall Street, fueron descritos magistralmente por Martin Scorsese en su film ‘The Wolf of Wall Street’, estrenada en el 2013, basada en las memorias Jordan Belfort. El actor Leonardo DiCaprio fue el protagonista principal. Los nombres de otros 13 miembros ‘honorables’, hasta ahora, de las élites políticas y empresariales, aparecen en la demanda que Emilio Lozoya Austin presentó ante la FGR (Fiscalía General de la República), cuyo máximo responsables es Alejandro Gertz Manero…

 

El ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex), describe cómo planearon y ejecutaron sobornos. Los involucrados lo niegan, pero existen videos y otras pruebas de los actos de corrupción… La ciudanía alucina con las cifras reales que comienzan a conocerse, tras décadas de algo similar a la ‘omertà, el código de honor de la Mafia que prohíbe informar…Tommaso Buscetta fue el primero en romper la omertà dentro de Italia. En octubre de 1983 Buscetta fue arrestado en Brasil y extraditado por petición del juez Giovanni Falcone. Buscetta fue el primero que abrió el mundo del hampa siciliana y reveló al mundo la existencia de una organización criminal fuertemente jerarquizada y organizada llamada Cosa Nostra…Un documento de 63 páginas fechado el 11 de agosto ha puesto en jaque a la clase política de México y también a algunas empresas. Se acusa directamente a 16 personas, entre ellas los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa (2006-20012), Enrique Peña Nieto (2012-2018) y Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), quien ha tenido una fuerte presencia en la política mexicana y ha sido señalado por Andrés Manuel López Obrador de ser “el padre de la desigualdad en México” y de estar detrás de episodios cuestionables como fraudes electorales, reformas o contratos del Gobierno, con empresas como el Grupo Higa (de Juan Armando Hinojosa Cantú), Braskem (filial de Odebrecht) y Altos Hornos de México (AHMSA), esta última del empresario Alonso Ancira, quien goza de un amparo contra la orden de aprehensión por el delito de lavado de dinero.

La corrupción es el nuevo bandolerismo… Los delincuentes comienzan a temer a la Guardia Nacional y Ejército en México y a la Guardia Civil y Policía en España, La Interpol busca y captura a los gobernadores que eran la ‘savia nueva del PRI’, como los describía Enrique Peña Nieto. Como su nombre no indica, la Guardia Civil es un cuerpo militar, creado por el duque de Ahumada en 1844 para preservar la seguridad de los caminos y combatir el bandolerismo, que en mitad del siglo XIX infestaba el territorio español. Desde su fundación hasta hoy, ‘La Benemérita’ se ha adaptado con proverbial lealtad a todos los regímenes establecidos, incluida la II República durante la guerra, y esta fidelidad ha hecho que fuera utilizada en muchas ocasiones para aplastar con extremada dureza cualquier brote de rebeldía frente al poder constituido. El miedo a la Guardia Civil está inscrito como un sello indeleble en el inconsciente de los españoles. Estuvieras dentro o fuera de la ley, vislumbrar de lejos en los caminos rurales de la Península Ibérica las siluetas de una pareja con tricornio, capote y naranjero fue durante mucho tiempo siempre un mal trago. Puede que la derecha, gente de orden, la amara, pero muchos españoles de izquierdas la odiaban por llevarla asociada a episodios de la historia más negra, hasta el día en que este odio o temor comenzó a ser atemperado por el respeto que inspiraban sus motoristas en la carretera o su ejemplo en operaciones de salvamento en las que arriesgaban sus vidas.

Ante cualquier desorden siempre hay alguien que exclama: “¡Esto solo lo arregla la Guardia Civil! En eso estamos”. La corrupción es hoy tan asfixiante como lo fue la plaga del viejo bandolerismo del siglo XIX. Los políticos corruptos asaltan las instituciones como antiguamente los bandidos asaltaban las diligencias en los caminos, y parece que de ellos ya solo puede librarnos de nuevo esta Guardia Civil del UCO, altamente tecnificada. Ahí la tienes sacando mierda a destajo todos los días para llevarla a los jueces en una operación de salvamento nacional. Si la derecha populista y supremacista también ha comenzado a temer a la Guardia Civil… “Y se acabó la diversión: llegó el Comandante y mandó a parar”, cantaba Carlos Puebla en la ‘Bodeguita del Medio’, junto a la Catedral de La Habana, tras triunfar la Revolución Cuba con Fidel Castro.

En mis tiempos de estudiante de Derecho recuerdo a un profesor gallego del pueblo de Allariz, Orense, quien en plena fiebre del marxismo leninismo en Europa, era capaz de atreverse, al igual que el escritor Albert Camus, el autor de ‘El Extranjero’ y ‘La Peste’, de cuestionar las consignas internacionalistas que emanaban de Moscú la otra ‘madre patria’, la extinta Unión Soviética. “¿Saben Ustedes cuál fue la gran aportación de ‘El Manifiesto Comunista’ escrito por Carlos Marx y Federico Engels, cuya misión era proclamar la desaparición inminente e inevitable de la propiedad burguesa en su estado actual? Hasta 1848, los libros antiguos nos narraban la entrega al profeta Moisés por parte de Dios de unas tablas con Diez Mandamientos. El séptimo de ellos decía escueta pero muy claramente ‘No robarás’. A partir de ‘El Manifiesto Comunista’ desaparece el robo, siendo sustituido por decomiso social…”.

Los antiguos bandoleros evocaban la figura de Robin Hood, un arquetípico héroe y forajido del folclore inglés medieval. Inspirado por Ghino di Tacco y en honor a un hombre llamado Robin Longstride o Robin de Locksley, quien era de gran corazón y vivía fuera de la ley, escondido en el Bosque de Sherwood y de Barnsdale, cerca de la ciudad de Nottingham. Repartía sus botines con los pobres. No sabemos si el espíritu de Robin Hood llegó instalarse en alguno de los corazones de los ‘presuntos culpables’ del ‘Caso Emilio Lozoya’, nuestro Tommaso Buscetta… ¿De qué se carcajeaban Carlos Salinas de Cortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto?

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