El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tenía previsto reunirse en Laos este martes con su homólogo filipino, Rodrigo Rody Roa Duterte. Estados Unidos decidió sin embargo cancelar la entrevista después de que el mandatario asiático llamase a Obama “hijo de puta”, por criticar su plan de lucha contra la droga. Después de conocer la anulación del encuentro Duterte lamentó que el dirigente estadounidense se hubiese tomado sus palabras “de manera personal”. ¿Quién es este hombre que insulta así a un presidente de EE UU? Estos son algunos datos del clon de Donald Trump en tierras asiáticas para hacerse una idea sobre el dirigente del Partido Demokratiko Pilipino-Lakas ng Bayan (la fusión entre el Partido Democrático Filipino y El Poder del Pueblo), un partido que se autoproclama socialista demócrata centrista. Debo ser sincero, El magnate de nueva York es un ‘santo’ al lado del filipino. En su vorágine actual está sembrando el país de muros, aislando a los barrios más pobres de la capital filipina, Mnaila, obligándoles a desplazarse y vivir en los cementerios, entre nichos ancestrales.
Es tan bestia que bromeó sobre la violación y muerte de una misionera australiana. “Me enfadó mucho que la violaran, pero ¡era tan guapa!…”
“Hijo de puta” y «jódete» son dos calificativos habituales en su vocabulario. El papa Francisco (por causar atascos con su visita), el secretario de Estado y el embajador estadounidense en Filipinas, John Kerry y Philip Goldberg, respectivamente, la ONU y varios de sus dirigentes, entre ellos Ban Ki Moon, han sido algunos de los nombres a los que ha dirigido estos insultos. En su programa semanal de televisión están previstas sus amenazas y palabrotas. El candidato republicano Donald Trump parece un moderado al lado del filipino. Su emisión semanal se graba con antelación para poder poner un sonoro biiiiip que tape sus exabruptos.
Es tan bestia que bromeó sobre la violación y muerte de una misionera australiana. “Me enfadó mucho que la violaran, eso es una cosa. Pero ¡era tan guapa!… El alcalde tenía que haber sido el primero. ¡Qué desperdicio!”, dijo el pasado abril sobre el suceso que ocurrió durante un motín en la cárcel de Davao en 1989. El alcalde al que se refería, por cierto, era él mismo. Tras las numerosas críticas se disculpó y reconoció: “A veces me sale lo peor de mí por la boca”.
La diplomacia no es su fuerte. En febrero dijo que se enfrentaría a los conflictos de Filipinas con Pekín sobre el Mar del Sur de China así: “Iré hasta allí con mi propia moto de agua, llevaré mi propia bandera y un palo y una vez que desembarque, plantaré la bandera y gritaré a las autoridades chinas ¡Matadme!”. Desde entonces se ha calmado con China, pero en el pasado también tuvo lo suyo con Singapur. En 1995 quemó su bandera para protestar por la ejecución de una mujer de la limpieza filipina allí. “Que os jodan… Sois una guarnición que se cree un país”, dijo mientras ardía el estandarte.
El discurso de mano dura contra la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico convenció a sus paisanos, le dieron el 40% de los votos
Muchas de estas lindezas las dijo en su campaña electoral. Su oponente le comparó con Hitler y advirtió de que el dirigente nazi también había llegado al poder con elecciones democráticas. A pesar de todo, el discurso de mano dura de Duterte contra la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico convenció a sus paisanos, que le dieron el 40% de los votos en las elecciones del pasado mes de mayo. Le llaman ‘El Castigador’ y ‘Harry el sucio’. “Cuando sea presidente daré órdenes a la Policía y al Ejército de buscar a esa gente y matarlos a todos”, “olvidad las leyes de derechos humanos”, “voy a descuartizar criminales delante de ustedes si así lo desean” o “mataría a mis propios hijos si fueran drogadictos”, son algunos de los mensajes que lanzó en su campaña, cuando presentó un plan de seis meses que incluía ejecutar a 100.000 personas.
Como alcalde practicó con sus “escuadrones de la muerte”. En los 22 años en que fue primer edil de Davao, en la isla de Mindanao, logró erradicar la violencia con métodos muy criticados por las organizaciones de derechos humanos, como ejecuciones extrajudiciales o patrullas de paramilitares en busca de criminales. En esa ciudad, por cierto, le adoran. Pidió a los filipinos que “en caso de conocer a algún drogadicto, lo asesinaran”. Lo planteó en campaña casi como un acto de piedad, porque “sería doloroso pedirles a sus padres que lo hicieran”. Para él su plan antidrogas no vulnera los derechos humanos, porque no considera a los drogodependientes humanos. En campaña electoral prometió que ofrecería unos 100.000 euros por cada narcotraficante muerto.
Su vida sexual es bien conocida, alardea de su intensa vida íntima, presume de haber tenido varias amantes y consumidor de ‘Viagra’
Los narcos ofrecen hasta un millón de dólares a quien le asesine a él. “Si están en tu barrio, no dudes en llamar a la policía o hazlo tú mismo si tienes una pistola. Tienes mi apoyo”, ha repetido el presidente de 71 años por activa y por pasiva. Los señores de la droga han contestado poniendo precio también a su cabeza, según fuentes de la Policía cercanas al dirigente. Ofreció 50.000 dólares por delatar a policías. “Vended a esos amigos. Quiero que la Policía y las Fuerzas Armadas destruyan el aparato de la droga en este país”, dijo en un discurso televisado. También amenazó a los agentes con un “ajuste de cuentas” si protegían a los traficantes. A los que obedezcan sus órdenes les ha prometido impunidad. “Siguiendo mis indicaciones no tendréis que preocuparos por consecuencias penales (…) Iré a prisión por vosotros”.
Su vida sexual es bien conocida. Duterte alardea de que su intensa vida íntima, presume de haber tenido varias amantes y reconoce que es consumidor de ‘Viagra’. Divorciado, vive con su pareja, Cielito Avanceña, y es padre de cuatro hijos y abuelo de ocho nietos. Tiene un contencioso contra la Iglesia católica. En un país con un 80% de población católica su actitud liberal ante el sexo no es tan habitual. El dirigente ha defendido los anticonceptivos, la educación sexual -“soy cristiano pero también realista, tenemos un problema de sobrepoblación”- y los derechos de las personas LGTBI (lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales).
Operaciones policiales y ejecuciones extrajudiciales han “exterminado” a 2.400 drogadictos y camellos, y las cárceles están saturadas
En dos meses ha matado a 2.400 drogadictos y camellos. De ellos, 929 han muerto en operaciones policiales y otros 1.507 en ejecuciones extrajudiciales, y las cárceles están saturadas. Ante las críticas de la oposición les ha sugerido que podrían correr la misma suerte que los delincuentes y ser asesinados. El insulto a Obama está relacionado con lo mismo: “Debe ser respetuoso, no me haga preguntas sobre la lucha antidrogas. Hijo de puta, le insultaré en ese foro”, dijo Duterte sobre el líder estadounidense.
No entiende las denuncias de la ONU, si “solo han muerto 1.000 personas”. Llamó “gay” e “hijo de puta” al embajador de la ONU en Manila y amenazó con echar a la “estúpida” organización internacional del país o marcharse ellos. “¿Qué problema hay? Estáis injiriendo en la política. Solo han muerto 1.000 y ponéis a mi país en peligro, en riesgo”, dijo en agosto.
“Os comeré vivos, crudos”. Después de insultar a Obama cuando se encontraba en Vientián, la capital de Laos, prometió a la comunidad filipina residente allí que acabará con Abu Sayyaf, la rama de Al Qaeda que perpetró un atentado en Davao el pasado 2 de septiembre. “Si los tengo delante, puedo comer humanos. Abriré vuestros cuerpos. Dadme vinagre y sal y os comeré”, recoge Inquirer.
Ha declarado el “Estado de emergencia”, que otorga amplios poderes a la Policía y al Ejército. Tras el atentado terrorista proclamó el “Estado de anarquía”, pero este lunes lo ha elevado con una proclamación que no necesita el apoyo del Congreso y que será de aplicación hasta que él decida retirarla, según informa Rappler. Bate récord de popularidad. Pese a la violencia y las salidas de tono que emplea, la popularidad de Duterte se sitúa en el 91 %, la puntuación más alta recibida jamás por un jefe de Estado filipino.
Este personaje evoca al ‘puto’ filipino, postre típico de arroz, necesitado de muchas cucharadas de azúcar y vainilla para poder ser digerido. Se denomina ‘puto’ a una comida típica de la que fuera una de las últimas colonias de España, consistente en un pastel de arroz cocido al vapor. Este método de cocción es muy usado en el país, junto con el hervor y el asado, y se incorporó a la cocina nacional a través de otras asiáticas. El ‘puto’ suele comerse como postre, y es usual además en los desayunos.
Por muchas toneladas de mieles de las centrales azucareras cubanas que se le añadan, nadie va a tragarse al ‘puto’ socialista demócrata centrista
Hay muchas recetas, que varían desde el tipo de arroz utilizado al método de preparación del mismo. En su forma tradicional, el puto es de color blanco y de textura lisa. Al agregársele otros ingredientes comunes en la gastronomía filipina como el ñame púrpura (llamado ube) o el pandan (Pandanus amaryllifolius) cambia ligeramente el color y el sabor del producto final. También se le agregan otros colorantes que cambian el color, pero mantienen su sabor. En la mayoría de las variaciones se le agrega leche de coco. A pesar de que hay tres maneras de cocinar al ‘puto’, su sabor final y textura debería ser el mismo. Su sabor es como el arroz. En las recetas que se adiciona buenas dosis de azúcar y vainilla, el plato resulta un rico postre, pero generalmente sabe al igual que el ‘cornbread’ (pan blanco con harina de maíz). Rodrigo Rody Roa Dutertese, por muchas toneladas de mieles de las centrales azucareras cubanas que se le incorporen nadie va a tragarse al ‘puto’ socialista demócrata centrista.
Recuerdo que cuando pasábamos el verano en La Rioja, en España, había un pueblo que le llamaba el pueblo de las tres mentiras, cercano a Calahorra. Se llamaba Aldeanueva del Ebro. El dicho popular decía que no era ni aldea, ni nueva, y tampoco pasaba el río Ebro por ella. Estos dichos lo oí en Calahorra, población riojana cercana a Navarra, donde nació Marco Fabio Quintiliano, en latín Marcus Fabius Quintilianus. Fue un retórico y pedagogo hispanorromano. Entonces este lugar se conocía en el Imperio Romano como Calagurris. Hoy tienen una curiosa presentación los calagurritanos de su ciudad: “Calahorra no es Calahorra. Calahorra es Washington. Tiene obispo y toda la hostia, casa putas y frontón”. Dutertese es hoy el presidente filipino de las tres mentiras.
Presume de no achantarse fácilmente, ahora pedía profusamente excusas, pues su aliado más importante canceló la reunión bilateral
El presidente filipino, malhablado y de formas autoritarias, presume de no achantarse fácilmente. Este martes, sin embargo, se apresuraba a pedir profusamente excusas. Había llamado públicamente “hijo de puta” a su aliado más importante, el presidente de EE UU, Barack Obama, la víspera y éste, como respuesta, había cancelado la reunión bilateral en Vientiane (Laos), en el marco de una cumbre regional, con la que el antiguo fiscal esperaba debutar por todo lo alto en los foros internacionales.
En el trasfondo del incidente diplomático se encuentra la violenta campaña antidroga que el populista Duterte ha lanzado desde su investidura, el 30 de junio. La campaña fue una de sus principales promesas en las elecciones de mayo y le ha ayudado a propulsar su popularidad entre sus compatriotas al 90%. Pero también ha causado ya 2.400 muertos, y la policía calificó de “daño colateral” la muerte de una niña de 4 años por disparos de sus agentes la semana pasada. Filipinas ha presentado en la cumbre un panfleto en defensa de su lucha antidrogas que añade que 900 de esas muertes han sido a manos de la policía, que el resto están “bajo investigación” (un término que los activistas proderechos humanos consideran un eufemismo para encubrir asesinatos extrajudiciales) y que 600.000 traficantes se han entregado.
La Casa Blanca había adelantado que la preocupación por la violencia de la lucha antidroga y el respeto a los derechos humanos en Filipinas sería uno de los asuntos que Obama sacaría a relucir en la reunión bilateral de la capital de Laos, que acoge la cumbre de la Asean (Asociación de Países del Sudeste Asiático). Preguntado en una rueda de prensa antes viajar a Laos cómo respondería, Duterte contestó que “hace mucho que dejamos de ser una colonia”. “Hay que ser respetuoso. No se puede ir repartiendo preguntas y declaraciones. Hijo de puta. Le insultaré en ese foro”, declaró Duterte.
“Hijo de puta, le insultaré en ese foro”, se refirió al presidente del país, primer inversionista y su principal respaldo militar y diplomático
Pero al defender con insultos su campaña contra la droga y contra la delincuencia, Duterte se arriesga a perjudicar la relación con su aliado más importante, Estados Unidos. Washington no solo es su tercer socio comercial y uno de sus principales inversores, sino también su principal respaldo militar y diplomático. “Hijo de puta, le insultaré en ese foro.” Antes de tomar el avión a Laos para la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el presidente filipino Rodrigo Duterte se refirió así a Barack Obama cuando los periodistas le preguntaron sobre las críticas del estadounidense a la guerra contra la droga que ha dejado más de 2.000 muertos. “No me importa una mierda que nadie esté observando mi comportamiento”, agregó. “Nosotros ya no somos colonia de Estados Unidos. ¿Quién es este hombre? Mi único dueño es el pueblo filipino”.
“Lamentamos que (los comentarios) se hayan entendido como un ataque personal hacia el presidente de EE UU.” Horas después, tras conocerse que Estados Unidos había cancelado la reunión con Duterte, el Gobierno filipino publicó un comunicado con esta primera disculpa. “El presidente Duterte ha explicado que los comentarios de la prensa sobre que Obama le haría un reclamo moral por las ejecuciones extrajudiciales lo llevaron a hacer este comentario virulento”, señaló la una nota de prensa.
“El único mensaje de Duterte es que Filipinas tiene su propio territorio y que debemos poder hacer frente a los problemas a nuestra manera.” El secretario ejecutivo de la presidencia de Filipinas, Salvador Medialdea, también salió en defensa del presidente con estas declaraciones en una entrevista televisiva en su país. “Esperamos que discusiones de este tipo puedan ser evitadas puesto que realmente nosotros no tenemos ningún problema con EE UU”, agregó.
“Lamenta que sus declaraciones a la prensa hayan causado mucha controversia.” En una segunda nota de prensa, el Gobierno filipino reiteró su disculpa y su voluntad de mantener una buena relación con EE UU. “(Duterte) expresó su profundo respeto y afinidad al presidente Obama por la duradera asociación entre ambas naciones”, señaló.
Y es algo de lo que Manila no puede prescindir cuando se encuentra inmersa en una agria disputa territorial con Pekín en aguas del mar del sur de China. Una corte internacional de arbitraje desestimó en julio en La Haya, en un caso planteado por Filipinas, los argumentos chinos para reclamar la soberanía; Pekín ha asegurado que no acatará el laudo, mientras que Estados Unidos considera que China debe asumirlo.
Las disputas territoriales en el mar del sur de China, en la que participan también Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunéi, son uno de los elementos en el trasfondo de la cumbre de esta semana en Vientián. Manila ha indicado que no planteará la rencilla durante la reunión internacional, en la que Pekín está representada por su primer ministro, Li Keqiang. Pero Duterte declaró el mes pasado su convencimiento de que todos los países de la ASEAN deben respetar el laudo de la corte de arbitraje.
Ante las consecuencias que pueda acarrear el exabrupto, la presidencia filipina se apresuró a pedir disculpas. “El presidente Duterte explicó que las informaciones de prensa acerca de que el presidente Obama le leería la cartilla sobre ejecuciones extrajudiciales le llevaron a hacer sus fuertes comentarios, que a su vez generaron preocupación”, indicó Manila en un comunicado citado por Reuters. Duterte “lamenta que sus declaraciones a la prensa hayan causado tanta controversia”, señala la nota. “También expresó su profunda consideración y afinidad hacia el presidente Obama y la alianza duradera entre nuestros dos países”.
Pero de momento la reunión entre ambos ha quedado sin fecha. El presidente estadounidense había declarado el lunes, tras conocer los insultos de su homólogo: “Siempre me quiero asegurar, si voy a mantener una reunión, de que va a ser productiva y vamos a conseguir cosas”. La Casa Blanca rellenó inmediatamente el hueco de agenda que dejó libre Duterte con un encuentro con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, con la que Obama tenía previsto tratar, entre otros asuntos, del escudo antimisiles estadounidense que Corea del Sur desplegará en su suelo, ante los ‘juegos nucleares’ del presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, por cierto amigo de ‘El Castigador’ y ‘Harry el sucio’ filipino. Estamos en tiempos de populismos y populistas, quizás producto de esos cánceres que afectan a los dirigentes de nuestras democracias occidentales: corrupción, inseguridad, impunidad, pobreza… Si no se aplican inmunoterapias que sustituyan a técnicas más agresivas tendremos que padecer a personajes como el más cercano a nosotros: Donald Trump. Es interesante la actitud de Barack Obama frente al presidente de Filipinas. En México le invitamos a gente de esta calaña a nuestra casa presidente, Los Pinos. Vergüenza ajena.
El presidente de Filipinas llamó “hijo de puta” a Barack Obama, no será invitado a la Casa Blanca. Rodrigo Rody Roa Dutertese, alias ‘El Castigador’ y ‘Harry el sucio’, no aguantó las críticas del presidente estadounidense a su plan de lucha contra las drogas, donde exigía a los ciudadanos que “en caso de conocer a algún drogadicto, lo asesinaran”; lo planteó en su campaña electoral casi como un acto de piedad, porque “sería doloroso pedirles a sus padres que lo hicieran”; sus medidas no vulneran los derechos humanos, ya que no considera humanos a los drogodependientes humanos; en anuncios en los ‘mass media’ ofrece hasta 100.000 dólares por cada narcotraficante muerto; en su vorágine actual está sembrando el país de muros, aislando a los barrios más pobres de la capital Manila, obligándoles a desplazarse y vivir en los cementerios, entre nichos ancestrales; es como el ‘puto’, postre típico filipino de arroz, necesitado de toneladas de azúcar y vainilla, delicias Donald Trump
@SantiGurtubay
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