Melania Trump, esposa del candidato republicano a la Casa Blanca, ha demandado al diario británico ‘Daily Mail’ y a un blog estadounidense denominado Tapley por haber publicado que trabajó en una “agencia de chicas de compañía -escort- para clientes poderosos” durante los años 90, antes de conocer a Donald Trump. El abogado estima en 150 millones de dólares (unos 130 millones de euros) el daño de estas acusaciones. “Los acusados hicieron numerosas declaraciones sobre la señora Trump que son cien por cien falsas y tremendamente dañinas para su reputación personal y profesional”, ha explicado su abogado, Charles Harder, en un comunicado recogido por CNN.
Después del huracán mediático que sufrimos en nuestro país a raíz de la invitación presidencial de Enrique Peña Nieto al canalla Donald Trump, candidato a suceder en la Casa Blanca a Barack Obama, llegó la calma y volvió a salir el sol, como nos anunciaban en sus comics los franceses Asterix y Obelix que luchan contra los imperialistas romanos desde su aldea ficticia al noroeste, la única parte del país que no ha sido conquistada aún por Julio César. Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor… En Cancún, Riviera Maya, Quintana Roo y México, la verdad es que este viernes, la querida Melania elevó por las nubes la autoestima de todos los ciudadanos. En tiempos de justificados revanchismos creo que es interesante recordar la frase del escritor español del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo, el que nos legó “El Buscón”: “No hay más honrada venganza que la que no se toma”.
El abogado de Melania se refiere a un artículo publicado el pasado día 19 de agosto por el Daily Mail que cuestiona la biografía y la carrera como modelo de la esposa legítima de Donald Trump, por cierto, de origen esloveno. “Daily Mail ya ha publicado un artículo que se titula “Una retractación”. La demanda -presentada en un tribunal estatal del condado de Montgomery, en Maryland, informa Efe- se basa en las acusaciones de la defensa de la Trump, que sostiene que estos medios han “retransmitido sus mentiras a millones de personas por todo Estados Unidos y el mundo sin ninguna justificación”. No puedo carcajear al teclear mi ‘HP’, mi actual ‘Olivetti Lexicón 80’… Hace tiempo que no sentía una especie de “kief”, la felicidad absoluta, a la que hacía referencia el maldito escritor parisino Charles Pierre Baudelaire., cuando describe un viaje que realizó por Ketama, el paraíso del hachish, al norte de Marruecos, donde los pájaros no paran de cantar, como nos describe en su obra “Paraíso artificiales”. Ese ‘kief’ lo puede encontrar uno sin necesidad de la absenta y el hachish del ‘golfo’ de Baudelaire, solo con leer las aventuras de los ‘busconianos’ Donald y Melania Trump.
La tercera esposa del millonario de Manhattan había trabajado en Milán, en “algo parecido a un club de caballeros”
El diario británico ha publicado en su página web un texto en el que explica que la tercera esposa de Trump había trabajado en Milán, Italia, en “algo parecido a un club de caballeros”, y que según una revista de Eslovenia apuntaba a que la agencia de modelos en la que trabajó en Nueva York “operaba como una agencia de señorita de compañía para clientes poderosos”. El diario ha aclarado que si bien esa información está publicada, también dejó claro que no había nada que apoyara estas acusaciones y que en el texto se incluían las declaraciones de los portavoces tanto de la ahora demandante como del director de la agencia de modelos en las que negaban dichas acusaciones.
Harder, el abogado elegido, fue recientemente noticia en la prensa estadounidense por representar al actor y ex luchador Hulk Hogan en el caso contra el fundador de la empresa mediática ‘Gawker Media’, Nick Denton. Denton se declaró días pasados en bancarrota tras la millonaria condena impuesta a su compañía por violar la privacidad Hogan. Peter Thiel, magnate de Silicon Valley y admirador de Donald Trump, financió el litigio. En 2007 publicaron una información dando a conocer su homosexualidad. Vamos, los Trump’s siguen entrampados en las cosas del querer. Lo malo es que las confunden con miserias humanas. A estas alturas, el que Melanie ‘enganchara’ al millonario de NuevaYork, con sus saberes milaneses, y que alguien lo escriba no es motivo de difamación… Una decisión judicial condenatoria habría que aceptarla respetarla pero no acatarla.
Donald Trump anunció su candidatura a la presidencia de Estados Unidos y lo hizo con insultos a México, al que acusó de enviar a gente del mal vivir a través de la frontera. Prometió y lo sigue haciendo que si llega a presidente construirá un muro en la frontera -que son más de 3.000 kilómetros- y hará que “México lo pague”. En una intervención desde Nueva York que buscaba la máxima provocación, Trump dijo de los mexicanos: “Están enviando gente que tiene muchos problemas, nos están enviando sus problemas, traen drogas, son violadores, criminales, y algunos supongo que serán buena gente, pero yo hablo con agentes de la frontera y me cuentan lo que hay. México no es nuestro amigo”.
“Trump debió ser nombrado desde hace mucho tiempo por nuestro Gobierno persona non grata”, escribe Aljenador González Iñarritu
Recuerdo cuando el director de cine Alejandro González Iñárritu subió a recoger dos premios Oscar, en febrero del 2015, por su película “Birdman”, la valoración de Trump fue: “Ha sido una gran noche para México, como es habitual en este país. Es todo ridículo. No se deben hacer negocios con México y que ese país está saqueando Estados Unidos”. Iñárritu, ‘The Revenant’, ha escrito estos días una columna periodística con un titular al rico de Trump: “Nunca he visto a ningún mexicano pidiendo limosna en Estados Unidos”. “… La invitación de Enrique Peña Nieto a Donald Trump es una traición. Es avalar y oficializar a quien nos ha insultado, escupido y amenazado por más de un año ante el mundo entero. Es carecer de dignidad y fortalecer así una campaña política de odio hacia nosotros, hacia media humanidad y hacia las minorías más vulnerables del planeta. Es poner en riesgo el futuro y la vida de 16 millones de mexicanos. El 40% de los inmigrantes mexicanos y centroamericanos, más que indocumentados, son refugiados. Niños y niñas huyendo del hambre, violaciones, miseria extrema y amenazas contra su vida por parte de bandas criminales en países que como el nuestro, les han negado un trabajo y una vida segura y digna. Más que un problema de seguridad y terrorismo, esta es una crisis humanitaria. Sin embargo, nunca he visto en toda mi vida a un mexicano pidiendo limosna en una calle en los Estados Unidos. Estos trabajan dura y honradamente contribuyendo y beneficiando imprescindiblemente la economía de ambos países. Pero por conveniencia mutua, seguirán siendo una comunidad de 11 millones de invisibles.
Trump debió ser nombrado desde hace mucho tiempo por nuestro Gobierno persona non grata. Por exaltar el odio y la división en su país y distorsionar esta realidad sin compasión alguna, cadenas televisivas norteamericanas, corporaciones internacionales, jefes de Estado e innumerables miembros de su propio partido han roto relaciones, contratos y todo tipo de asociación con este individuo que con aterradores brotes sociópatas y fascistas, que ha contaminado al mundo y herido los valores fundamentales de los que se enorgullecen los norteamericanos. Sin embargo e inesperadamente, nuestro presidente lo ha invitado a visitar nuestro país dándole una oportunidad y plataforma que este ha aprovechado para repuntar y coronarse en Arizona, prometiéndole a sus seguidores burlonamente, que el amigo que acababa de abrirle las puertas de su casa, no sabía aún que iba a pagar un muro y le enviaría de regreso a sus millones de mugrosos y criminales… En estos difíciles momentos, vale la pena recordar la sabia cita del maestro Martin Luther King Jr.: Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda…”.
La exyugoslava y su plagiado discurso amable y positivo, lejos de la negatividad y el tono de abusón de patio de colegio de su marido
Melania Knauss creció en un modesto apartamento de un pueblo cercano a Sevnica (Eslovenia), que entonces formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), disuelta en 1992 tras la Guerra de los Balcanes. Después de comenzar su carrera de modelo en Milán y París, se mudó a Nueva York en 1996. Cinco años más tarde obtuvo la residencia permanente y, en 2006, se hizo estadounidense. Melania es extremadamente cuidadosa a la hora de hablar sobre su vida matrimonial con Trump, a quien conoció en una fiesta de la Semana de la Moda de Nueva York en 1998. “Los dos somos muy independientes. Yo le dejo ser quien es y él me deja ser quien soy. No intento cambiarlo, es un adulto. Él conoce las consecuencias. Yo le doy mi opinión muchas, muchas veces”, explicó semanas atrás en una entrevista con CNN, en la que confesó que no le gusta el tono duro que usa su marido. De ganar Trump, Melania no sería la primera ex modelo que pisa la Casa Blanca, Pat Nixon y Betty Ford también lo fueron.
Melania Knauss pronunció, en la convención republicana de Cleveland, un discurso amable y positivo, lejos de la negatividad y el tono de abusón de patio de colegio de su marido. Pero la buena recepción de su estreno ante una audiencia millonaria quedó empañada enseguida, cuando se descubrió que partes sustanciales del discurso eran un plagio de las palabras que la actual primera dama, Michelle Obama, pronunció en la convención demócrata de Denver en 2008. Si su marido gana las elecciones presidenciales de noviembre, la Knauss será la única primera dama nacida en el extranjero desde Louisa Adams, la esposa del sexto presidente de Estados Unidos, John Quincy Adams. Y es un enigma. Una mujer reticente a embarrarse en la arena política. Nada proclive a hacerse pasar por una ciudadana corriente: pertenece a la élite y no lo esconde. Una inmigrante, casada con un hombre que ha hecho de la retórica contra los inmigrantes y el mensaje racista uno de los pilares de su carrera política. La esposa de un hombre que en la campaña ha insultado a las mujeres, acusado por su primera esposa de violación -después ella dijo que no usaba la palabra en un sentido criminal- y con un problema grave en estas elecciones con el voto femenino.
La famosa Oficina Oval de la Casa Blanca y los nuevos inquilinos Donald y Melania o Hillary y Bill, huele a testosterona
Este ‘realismo contradictorio’ ha logrado hacerse con las riendas del Grand Old Party, el partido de Abraham Lincoln y Ronald Reagan. Nadie puede dudar que Estados Unidos es país de oportunidades, máxime acompañada de ‘testosterona oval’. Esta una hormona esteroidea sexual del grupo andrógeno y se encuentra en mamíferos, reptiles, aves, y otros vertebrados. La famosa Oficina Oval de la Casa Blanca y que no es otra cosa que el despacho personal del presidente norteamericano, tras la tranquilidad de Barack y Michelle, espera la llegada de los nuevos inquilinos Donald y Melania o Hillary y Bill Clinton, tiene a sus fantasmas medio desmadrados. Bill, es un viejo inquilino, quien rozó el ‘impeachment’, por su ligue extramarital con una joven becaria, Monica Lewinsky, una licenciada en Psicología. Son famosas sus clases de francés. El futuro y deseado ‘primer caballero’ después del próximo 8 de noviembre, admitió haber mantenido un “comportamiento físico impropio”, aunque negó haber cometido perjurio. Hillary le perdonó, son las cosas del querer, una famosa copla que cantaban Ángela Molina y Manuel Banderas en una comedia musical dirigida por Jaime Chávarri… “Si tú me quieres de noche yo te quiero de día; si yo bebo de tu boca y tú bebes de la mía; si el aire que tu respiras es el que estoy respirando… pa qué nos piden razones del qué, del cómo y del cuándo. Son las cosas de la vida, son las cosas del querer…”.
El Partido Republicano debe recuperar el espíritu de Abraham Lincoln y volver a ser referencia del centro-derecha, pragmático y anti-racista
El ‘republicanismo’ fue fundado el 20 de marzo de 1854, en la ciudad de Ripon, en el estado de Winsconsin. En sus orígenes aglutinó a todas las personas blancas del Norte que luchaban para abolir la esclavitud de las personas negras en los el Sur. Donald Trump lo ha olvidado y es por eso que no pide perdón por sus insultos a México. El candidato republicano pisó la tierra que más ha ofendido, en una visita relámpago, se entrevistó con Enrique Peña Nieto y volvió a demostrar su capacidad para apropiarse del escenario. Tras una hora de conversación, dejó de lado los asuntos más espinosos y, jugando al hombre de Estado, se ofreció a inaugurar un “diálogo constructivo” con el país que ha pisoteado. El golpe de efecto del magnate, inmerso en el último tramo de su campaña electoral, no tendrá una fácil digestión en México, donde, sin disculpas públicas, muchos consideraban un fracaso la reunión, a tenor de las portadas de los ‘mass media’ impresos y online, así como en las redes sociales, Twitter y Facebook.
El objetivo de la invitación del presidente de nuestro país a Hillary Clinton y al magnate de Nueva York era demostrar una neutralidad ante las elecciones estadounidenses y que gane quien gane tendrá su apoyo; una posición tras la que anida el vértigo que siente el Gobierno mexicano a que un enfrentamiento con el aspirante a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca pueda propiciar un incendio de consecuencias incalculables…
Se acabaron las dudas sobre este canalla, portavoz de las miserias humanas de la América profunda. La versión más dura de su discurso antiinmigrante, cayó apenas unas horas después de ser recibido en Los Pinos, como una profecía. Relató de manera obsesiva compulsiva sus promesas con mil lujos de detalles: habrá un muro, logrará que México pague por él, echará a todos los indocumentados del país y les obligará a volver legalmente. Lo importante en política migratoria no es lo que conviene a los inmigrantes, resumió, sino lo que conviene a los ciudadanos norteamericanos. “México pagará el muro. Al 100%. Todavía no lo saben, pero pagarán por el muro”.
La campaña de Trump había prometido que el de en Phoenix era el “gran discurso” sobre inmigración del candidato. “¿Estáis preparados? Número uno: vamos a construir un muro. Será impenetrable y maravilloso.
Y lo va a pagar México. Aún no lo saben. México colaborará con nosotros, así lo creo. Después de reunirme con su maravilloso, maravilloso presidente, estoy convencido de que quieren solucionar este problema”. Era su ‘Veni, vidi, vicil’, locución latina empleada por el general y cónsul romano Julio César en 47 a. C., al dirigirse al Senado romano, describiendo su victoria reciente sobre Farnaces II del Ponto en la Batalla de Zela.
La relación entre ambos países es profunda y mutuamente beneficiosa, el muro y la demagogia xenófoba no resisten el menor análisis
La fórmula se utiliza habitualmente para significar la rapidez con la que se ha hecho algo con éxito, a la vez proclamaba la totalidad de la victoria de César y sirvió para recordar al Senado su destreza militar -César se encontraba inmerso en una guerra civil contra Pompeyo-. Alternativamente, el comentario se puede ver como una expresión del desdén de César para el Senado que tradicionalmente representaba el grupo más poderoso de la república romana. Veni, vidi y vici son la primera persona del pretérito perfecto simple de los verbos en latín venire, videre y vincere, venir, ver y vencer.
Fuera de los estereotipos, la relación entre ambos países es profunda y mutuamente beneficiosa. Las invectivas pidiendo un muro de contención para frenar a sus vecinos por vagos y peligrosos, entran en la esfera de la demagogia xenófoba y no resisten el menor análisis. Estos datos procedentes de la Embajada de EEUU en México, la Secretaria de Relaciones Exteriores, FMI y Pew Research respaldan lo que estoy comentando…
No hay mejor termómetro de la confianza que el dinero. Pues bien, entre 1999 y 2012 Estados Unidos invirtió 153.000 millones de dólares en México. Este inmenso chorro representó el 50% de la inversión directa en el país. Nadie dio más en el mundo. Nadie, por tanto, confió más. Excepto Trump, claro. No solo el capital cuenta. También quién lo pone. El paraíso de los grandes emporios ha llevado a México a sus más altos representantes empresariales. Ahí están Microsoft, con una inversión de 2.250 millones de dólares, Ford (2.100 millones), GM (1.340 millones) o Walmart (1.282 millones). Todos han puesto su dinero y su prestigio (y también algún que otro escándalo) en tierras mexicanas. Frente a estos gigantes, el imperio de Trump es de teletienda. ¿En quién confiaría usted?
Más que amigos, socios. No hay nada que una tanto como una buena relación comercial. No solo ambos países pertenecen al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, sino que México es el segundo socio comercial de Estados Unidos y el primer destino de las exportaciones de California, Arizona y Texas, además del segundo mercado para otros 20 estados. Aproximadamente seis millones de empleos dependen del comercio con México y cada minuto se comercia un millón de dólares. ¿Alguien se cree que nuestro país solo mande violadores y traficantes como pretende Donald?
De los casi 12 millones de mexicanos que habitan fuera del país, el 97,8% lo hace en Estados Unidos, 250 veces más que en España
México siente pasión por su vecino del norte. No sólo le envía el 80% de sus exportaciones, sino a lo mejor de su población. De los casi 12 millones de mexicanos que habitan fuera del país, el 97,8% lo hace en Estados Unidos. La cifra es 250 veces más alta que la de mexicanos que viven en España, la madre patria. Pero no sólo cuentan los migrantes. Aún más importantes son sus hijos. En 2012 se calculaba que 34 millones de mexicanos y sus familiares habitaban las tierras, escenario de las ‘Guerras Indias’. Son el 11% de la población nacional. Suficientes para acabar con cualquier prejuicio.
Estas guerras en América del Norte, que se extienden desde los tiempos coloniales hasta la Masacre de Wounded Knee y el establecimiento definitivo de la frontera del vecino país en 1890, en general se resolvieron con la conquista de los pueblos nativos y su asimilación cultural obligada o su localización forzosa en reservas. Según una estimación de 1894 hecha por la Oficina del Censo de los Estados Unidos, se calcula que los más de 40 años en total de guerras transcurridas entre 1775 y 1890 supusieron la muerte de 370.000 indígenas cobrizos defensores de sus territorios ancestrales y 20.000 invasores blancos europeos. La estimación incluye mujeres y niños en ambos bandos, mayoritariamente entre los nativos, ya que era habitual la muerte de no combatientes en las masacres indígenas fronterizas que representaron un claro ejemplo histórico de limpieza étnica.
La población mexicana en Estados Unidos no se ajusta al perfil tremendista de Trump. Los mexicanos afincados allí forman un grupo activo y luchador que no ha dejado de mejorar. Si en 1990 sólo un 25% había pasado por una ‘high school’, dos décadas después ya era el 41%. Y hoy día, pese a los problemas de cualquier migración masiva, dos tercios hablan perfectamente inglés y casi la mitad dispone de casa propia. Trump lanzó sus improperios en inglés. Un idioma que llegó más tarde que el español a tierras norteamericanas. Hoy día, más de 53 millones de personas hablan español en Estados Unidos. No sólo es la segunda lengua, sino que la comunidad hispanohablante es la segunda mayor del mundo, solo superada por México. No es algo que pertenezca a los otros. El idioma y su cultura forman ya parte esencial de Estados Unidos.
Ningún muro podrá frenar la corriente humana que genera una frontera que cruzan cada día un millón de personas y 300.000 vehículos
Las fronteras, por mucho que se empeñe Trump, son puntos de unión. En el caso de Estados Unidos y México, con 3.142 kilómetros, es una de las mayores del planeta. Difícilmente ningún muro podrá frenar la corriente humana que genera este inmenso territorio común y cuya divisoria cruzan cada día un millón de personas y 300.000 vehículos. Cuando un estadounidense acude a un concesionario a comprar un coche – ya sea de la alemana Volkswagen, de la japonesa Nissan e incluso de una empresa estadounidense como Ford – hay muchas posibilidades de que el auto que está adquiriendo no sea ni alemán, ni japonés ni estadounidense, sino mexicano.
Era Chance, ‘the gardener’, un hombre sin educación ni inteligencia alguna. Solo miraba televisión -su fuente de conocimiento- y cuidaba el jardín- su fuente de inspiración. Hasta que el dueño de la gran mansión en Washington donde vivía, trabajaba y era feliz, fallece. Chance debe partir entonces, para ver el mundo por primera vez. Sin tener donde ir, vestido con los costosos trajes de décadas pasadas donados por su benefactor pero desnudo en tantas otras dimensiones humanas.
Protagonizada por el gran Peter Sellers, el título original de la película es “Being There”, aunque “Desde el jardín” o “Bienvenido Mister Chance”, como fue traducida al español, la retrata mejor. Atropellado por un auto, el mundo fuera del jardín era tan desconocido como accidentado. Es atendido por la dueña del vehículo, esposa del magnate Ben Rand, quien lo lleva a su propia casa para su recuperación. Al ser preguntado por su nombre, murmura una inentendible respuesta. Chance se convierte así en Chauncey Gardiner, un hombre en extremo elegante y de buenos modales.
Evidentemente, un miembro de la elite. Su manera simple y directa de ver el mundo cautiva a Rand, quien además es asesor del presidente de Estados Unidos. Su capacidad de hablar en un lenguaje común, y acerca de lugares comunes, se interpreta como un eximio talento para comunicar problemas complejos en términos simples. Así llega al propio presidente de la nación, quien también admira su aguda sencillez. Se hace parte del establishment político. Su creciente influencia lo lleva a los programas de televisión en los que su sabiduría causa fascinación. Chauncey -Chance- habla del crecimiento de las plantas de acuerdo a las estaciones del año, pero Washington escucha una disertación sobre los espontáneos ciclos de negocios. Explica que las plantas pueden volver a crecer con buenos cuidados si tienen raíces sanas, claramente en referencia a los fundamentos de la economía. Y por supuesto, que la ramas enfermas deben ser cortadas muy cerca del tronco, una explícita advertencia a tantos políticos corruptos.
Hora del ‘soul searching’, de buscar dentro del alma para entender cómo el perder es lo racional y la derrota, tranquilizadora
En su crasa e ignorante literalidad Chauncey comunica exquisitez metafórica. Su proyección es inminente. Chauncey tiene que ser candidato a la presidencia, es el clamor de todos. Pero ese es el preciso momento en que abandona, se aleja caminando sobre el agua (en realidad, con los pies en el agua) y la película concluye, privándonos de una presidencia como ninguna. Es cuando la ficción se convierte en una modesta premonición de la realidad. Un candidato pedestre y literal, además de en permanente contradicción, que no termina de decidir si persigue la victoria o prefiere la derrota. Como Chauncey Gardiner, Donald Trump es el perfecto candidato accidental, lleno de clichés y prejuicios, sin substancia, ignorante en los temas e indisciplinado en la campaña. Un candidato que insulta cuando apoya, repele cuando elogia y desprecia a los mismos votantes que convoca. El problema central y mayúsculo dilema es para el Partido Republicano, a quien Trump puede arrastrar a la derrota en la elección presidencial tanto como en distritos fundamentales para controlar el Congreso. Para el partido como un todo, es la hora del ‘soul searching’, de buscar dentro del alma para entender cómo llegaron hasta aquí, este dramático escenario en el que perder es lo racional y la derrota, tranquilizadora.
Pero dicha reflexión debería aceptar que Trump no es un accidente del destino sino la progresión lógica de un partido que solo ha ido en dirección de mayor radicalismo. De hecho, fue en los ochenta cuando Ronald Reagan cultivó el apoyo de las comunidades evangélicas del sur, politizándolas e incorporándolas de manera orgánica como facción. Ello marcó el comienzo de las llamadas guerras culturales: los cuestionamientos a la separación de Iglesia y Estado, y la influencia de la fe en el proceso legislativo. El viejo sur de la segregación se hizo republicano. Abraham Lincoln no podría creerlo. La derrota de Donalt Trump es condición necesaria para la estabilidad de un sistema político que se ha hecho disfuncional. Como Chauncey Gardiner, debería meter los pies en el agua, y en el barro de la autocrítica, y caminar en otra dirección. Es un deseo compartido como nunca en México y en el mundo y también, cuando nos acercamos a las elecciones del martes 8 de noviembre, en el propio Estados Unidos.
‘Testosterona oval’ en la Casa Blanca; Melania Trump demanda a ‘Daily Mail’ por afirmar que fue chica de compañía; la esposa del ‘presidenciable’ estadounidense Donald Trump reclama 150 millones por difamación al ser vinculada con trabajos sexuales; millones de mexicanos emigrantes pudieran respaldarla presentado su vez denuncias contra quien les acusa de “criminales”, “violadores” y “drogadictos”, nada que ver con las solidarias cosas del querer…; en Cancún, Riviera Maya, Quintana Roo y México, la ‘querida’ Melania elevó por las nubes la autoestima de todos los ciudadanos; en tiempos de justificados revanchismos creo que es interesante recordar la frase del escritor español del Siglo de Oro, Francisco de Quevedo, el que nos legó “El Buscón”: “No hay más honrada venganza que la que no se toma”.
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