‘Alicia en el país de las maravillas’ y el Caribe quieren también su Fórmula 1, a Checo Pérez, accidentado, le ‘mola’ Cancún

EL BESTIARIO

SANTIAGO J. SANTAMARÍA GURTUBAY

El turismo, con sus hiperbólicos complejos hoteleros, está provocando el surgimiento de un Estado dentro del Estado, con ciudadanos ambulantes en Cancún y Playa del Carmen, no dispares a los protagonistas de la novela del británico Lewis Carrol. Cambiando aceleradamente los modos de vida de la población de esos lugares y las comunidades aledañas. Enormes inversiones, mayoritariamente extranjeras, están transformando el paisaje natural talando bosques vírgenes, cegando manglares y lagunas, sembrando hierbas y pastos importados, extinguiendo la biodiversidad local y construyendo jardines especialmente modelados para atraer una clientela de visitantes que demanda un trópico sin dramas y sin plagas. Nunca hubo una fuerza histórica con un potencial de transformación social y económica similar en la historia de esta región. ‘Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas’.

Pocas personas perciben las implicaciones de ese nacimiento, pero de entre fincas ganaderas, plantaciones de coco y bosques tropicales está emergiendo hoy una nueva forma de organización territorial e institucional que está cambiando aceleradamente los modos de vida de la población de esos lugares y las comunidades aledañas. Enormes inversiones, mayoritariamente extranjeras, están transformando el paisaje natural talando bosques vírgenes, cegando manglares y lagunas, sembrando hierbas y pastos importados, extinguiendo la biodiversidad local y construyendo jardines especialmente modelados para atraer una clientela de visitantes que demanda un trópico sin dramas y sin plagas. Nunca hubo una fuerza histórica con un potencial de transformación social y económica similar en la historia de esta región. ‘Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas’, comúnmente abreviado como ‘Alicia en el país de las maravillas’, es una obra de fantasía escrita por el matemático, lógico, fotógrafo y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll, publicada en 1865. La historia cuenta cómo una niña llamada Alicia cae por un agujero, encontrándose en un mundo peculiar, poblado por humanos y criaturas antropomórficas. En esta obra aparecen algunos de los personajes más famosos de Lewis Carroll, como el Conejo Blanco, la Liebre de Marzo, el Sombrerero Loco, la Oruga Azul, el Gato de Cheshire o la Reina de Corazones… Varias adaptaciones cinematográficas se han realizado, en la presente década, como las del gótico director estadounidense Tim Burton y su inseparable actor Jhonny Depp como el Sombrerero Loco. La gran mayoría de los personajes que aparecen en ambas obras de Lewis Carrol son un reflejo de la sociedad victoriana de la Inglaterra del siglo XIX; lo que intenta hacer aquí el escritor es crear una crítica social a través de la caricaturización. Las frases “loco como un sombrerero” o “loco como una liebre de marzo” configuran los personajes del Sombrerero Loco y la Liebre de Marzo. Marzo es el mes en que las liebres entran en celo, de ahí la creencia de que se volvían locas. En cuanto al Sombrerero de Carroll, el origen del nombre es más oscuro, pues la frase anterior deriva del hecho de que los sombrereros se volvían realmente locos a causa del tratamiento a base de mercurio que aplicaban sobre la felpa de los sombreros.

Inmensos campos de césped bien cuidado acogen masivas instalaciones hoteleras cuya rentabilidad exige un tamaño mínimo de 400 a 500 habitaciones, esto es, de 800 a 1.000 camas. Estas instalaciones habitacionales demandan estructuras complementarias de apoyo: campos de golf, bares, piscinas, casinos, auditorios, senderos y caminos que deben ser continuamente cuidados y mantenidos, y demandan asimismo una mano de obra que las comunidades locales no pueden suplir. Como consecuencia de ello, esta nueva república requiere de contingentes frescos de trabajadores de ambos sexos para llenar los nuevos puestos de trabajo. Esos trabajadores son reclutados de los territorios circundantes y del interior de los espacios receptores de la nueva ‘República’ Para muchos hombres y mujeres, trabajar en ella supone iniciar una reencarnación, pues es como un nacimiento: aprender habilidades nuevas, recibir entrenamiento y capacitación en oficios no tradicionales y adoptar modos de conductas ajenos a la sociedad tradicional de donde provienen estos migrantes. Vidas que anteriormente no tenían futuro renacen en la ‘República’ y se convierten en recepcionistas, camareras, guachimanes, guías turísticos, chóferes, lavanderas, traductores, animadores, barrenderos, jardineros, cargadores, payasos, oficinistas, secretarias, gerentes, administradores, y una pléyade adicional de oficios y ocupaciones.

Cuando penetran al territorio de la ‘República’, estos nativos del país receptor dejan atrás ciertas costumbres ancestrales y se comprometen a laborar conforme a nuevos códigos y nuevas lealtades y nuevas disciplinas. Esos códigos comprenden numerosas obligaciones contractuales y conductuales. Al observar cómo se forman esas obligaciones resalta la clarísima evidencia de que la nueva república funciona interiormente como un Estado independiente con sus propias normas de gestión, sus presupuestos, su administración, sus sistemas de seguridad y sus relaciones exteriores. A diferencia de las repúblicas tradicionales que derivan sus modelos de los estados-nación europeos o de las repúblicas renacentistas italianas, esta república turística no está necesariamente identificada con un territorio nacional particular, aunque ocupa territorios que les son necesarios para existir y ejercer sus funciones. En realidad, es una entidad transterritorial y transnacional. No es un estado-nación ni quiere serlo, sino todo lo contrario. Su primera condición para existir es la internacionalización de sus operaciones y de sus instalaciones, así como de su mano de obra y cuadros gerenciales. Íntimamente ligada a los sistemas internacionales de transporte, comunicación y alojamiento, es una entidad multiestatal que se acomoda a los más variados sistemas políticos y opera en los más diversos ambientes y ecologías del planeta. Lo mismo se establece en Santo Domingo que en Cuba, en Costa Rica que en México, en las playas del Mediterráneo que en la Antártida chilena o en los Andes argentinos. Opera igual en los enclaves hoteleros de sol y playa que en barcos de crucero con bandera panameña o noruega. La ‘República’ tiene dueños. A veces sus propietarios son entes invisibles diluidos en las variadas fórmulas de inversión existentes en los mercados de capitales de Amberes, Hamburgo, Luxemburgo, Madrid, París y Londres. Esta nueva república posee estructuras duales. Su burocracia es local o mixta. La movilidad interna de sus “ciudadanos” es mínima porque en su territorio estos lo tienen todo incluido, pero la red de transporte intercontinental para ellos abarca el planeta entero. La razón: sus ciudadanos no son permanentes, son itinerantes y renovables; gozan de una ciudadanía provisional cuando están en el territorio de la nueva república, pero nada más pues tan pronto salen de regreso a su lugar de origen, pierden sus derechos de suelo (hasta que decidan pagar para volver). El capital que financia es normalmente extranjero, pero también se vale de bancos locales. Mueve capitales baratos hacia regiones con altas tasas de interés mientras apuesta a la devaluación de las monedas para mantener sus costos bajos. Por ello cobra sus servicios en monedas fuertes (euros y dólares) mientras compra sus insumos en monedas locales. Socialmente la nueva república posee una fuerza inexorable y no puede evitar cambiar los espacios donde se establece. Es imposible para la nueva república dejar de generar empleos. Su continua expansión la ha convertido en el más dinámico agente de creación de empleo directo e indirecto en algunas regiones del planeta, como ocurre en las islas del Caribe.

Paradójicamente, la burocracia neo-republicana ocupa una pequeña parte de esos empleos, pues hay muchas funciones que ésta no puede desempeñar, ni es ésa su misión. Por ello, en adición a las estructuras duales de esta república, su mera existencia genera también dinámicas sociales duales como son la aparición de poblaciones flotantes en sus fronteras. Estas poblaciones no trabajan directamente dentro de la nueva república sino fuera de ella, y la sirven aprovechando las demandas especiales neo-republicanas de bienes y servicios. La ‘transformada’ república transmite valores foráneos que son asimilados por sus vecinos nacionales con mucha rapidez, aunque no siempre sin cierta resistencia. La historia reciente muestra que esa resistencia de los vecinos nacionales, cuando existe, cede bastante pronto y hasta los más recalcitrantes adversarios de la nueva república terminan aplaudiéndola, adulándola, atrayéndola y visitándola. Los pueblos y naciones vecinos, más temprano que tarde, terminan seducidos por su ambiente, por sus placeres, por sus salarios, por sus empleos y por sus comodidades. Resultado: la nueva república ha terminado imponiéndose sobre las repúblicas tradicionales que la han acogido y ahora estas no pueden vivir sin aquélla.

Los gobernantes se han dado cuenta que su balanza de pagos depende en gran medida de sus intercambios con la ‘República’. Los agentes neo-republicanos repiten y predican con frecuencia que la república tradicional ya no puede vivir sin la nueva república y por ello predican continuamente que la república tradicional es una entidad cuya economía está atada a las compras de la nueva república. Los productores agropecuarios e industriales de la república tradicional son los mejores aliados de la nueva república pues hacia esta exportan una parte sustancial de la producción de sus granjas, industrias y plantaciones. Ya no se trata de los excedentes que antes dejaba de consumir el mercado local. Ahora las exportaciones de alimentos y ciertas manufacturas tienen como destino importante las “provincias hoteleras” de la nueva república. Es como tener el mercado extranjero en las playas. Por ejemplo: las naranjas que los productores antes pensaban que embarcarían hacia Nueva York, ahora son enviadas a los hoteles de la nueva ‘República’. Lo mismo pasa con las demás frutas, con los licores, los huevos, las papas, las yautías, la yuca y el arroz, para sólo mencionar estos pocos alimentos. Poca gente conoce los gobernantes de la ‘República’. Sus oficinas no están en un palacio nacional particular, sino en algún centro financiero o político del norte del planeta. En el caso dominicano, los más importantes de estos gobernantes son ciudadanos españoles, pero también hay otros europeos, además de norteamericanos, alemanes, mexicanos y canadienses.

Todos juntos constituyen un gobierno informe, sin rostro público, semiinvisible hasta para su misma burocracia, desconocido por los propios habitantes de la ‘República’ que a su vez, repetimos, son ciudadanos ocasionales y solo obtienen esa ciudadanía cuando reciben carta de identidad provisional al registrase en algún hotel del territorio neo-republicano. Esta carta de identidad difiere de la cédula o carnet de las repúblicas tradicionales porque hay que pagar por ella según los días de ciudadanía, y porque exige que el neo-ciudadano exhiba todo el tiempo una pulserita plástica en su muñeca. Para México y Cuba y otros países del Caribe el haber establecido relaciones con la nueva república tiene profundas implicaciones. Puede decirse que nunca antes hubo una fuerza histórica con el potencial de transformación social y económica de la nueva república. Ni siquiera la revolución azucarera que estableció el sistema de plantaciones y centrales azucareras, a la vuelta de los siglos 19 y 20 en las Grandes Antillas. “Viendo las cifras, es claro España se ha convertido en uno de los motores más dinámicos del desarrollo neo-republicano y, sin reconocerlo oficialmente pues tal vez nadie lo ha explicado claramente, la ‘madre patria’ está recolonizando espacios en las mismas playas en que comenzó a establecerse en América hace más de 500 años”, pregonó Frank Moya Pons, historiador dominicano, en el escenario de la FITUR, feria de turismo que se celebra a principios de cada año en Madrid, capital de España.

Cancún captó el mayor volumen de turismo internacional durante el último trimestre. Empresarios aseguran que el incremento en el flujo de viajeros estadounidense hacia Quintana Roo es coyuntural y se debe a que, a diferencia de otros países, México no ha impuesto restricciones a los viajes. Esto afirma el periodista JesúsVazquez de la agencia Reuters. El secretario federal de Turismo, Miguel Torruco Marqués, dio a conocer que Cancún captó el mayor volumen de turismo internacional en todo el país durante junio de este año, con más del doble de viajeros que incluso la Ciudad de México. Mientras el Aeropuerto Internacional de Cancún captó el mes pasado 627,283 turistas, la Ciudad de México 245,821, seguido de Los Cabos con 187,576, Puerto Vallarta con 105,025 y Guadalajara con 104,794 viajeros. Esto significa que Cancún tiene una participación de turismo internacional en México de 44.5%, seguido de Ciudad de México con 17.4%, Los Cabos con 13.3%, Puerto Vallarta con 7.4% y Guadalajara también con 7.4 por ciento.  En total, estos cinco aeropuertos captaron 1 millón 270,000 turistas internacionales, es decir, 202,294 más respecto a mayo de este mismo año, lo que representa un incremento de 18.9% de un mes a otro. Al resto de los aeropuertos del país arribaron durante junio un total de 140,504 turistas internacionales, que representan 10% del total de viajeros que captó el país el mes pasado.

El reporte compartido por Torruco Marqués en redes sociales establece además que en el periodo enero-junio de 2021 México ha captado 5.6 millones de turistas internacionales, de los cuales 4.2 millones son estadounidenses, lo que representa una cifra 76.6% superior respecto al mismo periodo del 2020 tan sólo de este mercado. El segundo mercado internacional más importante para México por volumen de turistas vía aérea es Colombia con 141,307 viajeros, Brasil con 124,620, Venezuela con 71,743, Ecuador con 63,744 y España con 63,619. El reporte ‘¿Cómo vamos?’, elaborado por la Secretaría de Turismo de Quintana Roo, refiere que entre enero y mayo de este año el Aeropuerto Internacional de Cancún captó 1.5 millones de viajeros estadounidense, 50,520 colombianos, 45,455 brasileños, 23971 argentinos, 18,809 canadienses, 15,237 alemanes, 14,845 franceses, y 11,441 ingleses, que representan más de 80% del total de turismo internacional que captó la entidad en los primeros cinco meses del año.

En abril de este año, Roberto Cintrón Gómez, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, aseguró que el incremento en el flujo de turistas estadounidense hacia Quintana Roo es coyuntural y se debe a que, a diferencia de otros países, México no ha impuesto restricciones a los viajes y al turismo, pero conforme avance la vacunación y se levanten las restricciones internacionales, el resto de los destinos entrará de lleno a la competencia con campañas muy agresivas que podrían diluir la bonanza actual. Agregó que sólo con promoción se podrá enfrentar la competencia que se avecina cuando regresen el resto de los destinos del Caribe.

Ciudad de México abraza la vuelta de la Fórmula 1. El Gran Premio se torna en una clave para la recuperación económica de la capital tras la sacudida de la pandemia. Días atrás un grupo de empresario ha pedido que Cancún obtenga también su Fórmula 1 ‘cohabitando’ con la capital de México. Además de sus playas bañadas por el Caribe y sus grandes resorts, Cancún (estado de Quintana Roo, México) podría contar con otro gran atractivo turístico a partir de 2025: un circuito de Fórmula 1. Un grupo de empresarios locales e internacionales han mostrado interés en crear un Gran Premio de Fórmula 1 en Cancún y que exista por 5 años. Según han podido saber medios de comunicación mexicanos como Canal 10, durante la carrera del pasado fin de semana, el grupo de empresarios entregó una carta de intención a Jean Todt, presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), y a Stefano Somenicali, CEO de la F1. Este grupo de empresarios está encabezado por Tomás Zaragoza, del Grupo Zeta Gas, y Eduardo Orozco, presidente de Wendy’s México y Applebees. Asimismo, el grupo de inversores cuenta con el respaldo de un fondo de Emiratos Árabes Unidos. Por su parte, Antonio Pérez Garibay, padre del corredor de Fórmula 1 Sergio (Checo) Pérez, ha confirmado el interés existente en llevar la competición a Cancún, lo que supondría, no solo la construcción de un circuito, sino también de nuevos hoteles, un campo de golf y una marina, entre otras instalaciones.

La pandemia de la COVID19- dio un gran mordisco a la economía de México. Una de esas heridas tiene una huella llamada Fórmula 1. La cancelación del Gran Premio de México en 2020 significó un golpe de 14.000 millones de pesos (unos 674.000 de dólares). En 2021, el campeonato motor es visto por las autoridades como un empujón a la recuperación económica. El evento deportivo, que regresó en 2015, se había convertido en uno de los imanes turísticos para el país y coincide con la celebración del Día de Muertos. Para el fin de semana del Gran Premio, los organizadores esperan a más de 300.000 personas. En la edición de 2019 México recibió a más de 475.000 turistas para seguir la Fórmula 1. Para este año se espera una ocupación hotelera del 97%, según ha estimado Paola Félix, secretaria de Turismo de Ciudad de México. Para el Día de Muertos hubo una ocupación del 90% en el centro de la capital. La carrera mexicana dejará unos 9,2 millones de dólares a toda la industria hotelera, de acuerdo con datos de Turismo federal. Todas las apuestan están en la fiesta en el autódromo Hermanos Rodríguez.

La situación epidemiológica en la metrópoli mexicana ha mejorado en los meses previos al Gran Premio mexicano. Tras 10 meses de la campaña de vacunación, hay más del 83% de la población vacunada en todo el país. En Ciudad de México un 95% de los adultos tiene el esquema completo contra la COVID-19. Para ingresar a la pista, los organizadores han pedido a los asistentes registrar su comprobante de vacunación o una prueba con resultado negativo a coronavirus con vigencia de 72 horas para poder ver la competencia en vivo. En el mapa de la Fórmula 1, el circuito mexicano ha sido nombrado durante cinco años seguidos como el mejor evento para los aficionados. Y también para los pilotos que se dejan consentir con la gastronomía. “Es la mejor afición que he visto en mi vida”, dijo Lewis Hamilton, siete veces campeón del mundo, en 2019. El turbio 2020 frustró toda expectativa para ensanchar una marca que certifica que el oasis perfecto está en Ciudad de México.

México dejó de ser un objetivo de alto interés para la Fórmula 1 durante 23 años. En 1992, el país norteamericano perdió su lugar como sede del campeonato y fue hasta 2015 cuando se renegoció su lugar en el calendario. El proyecto inicial contaba con el apoyo del Gobierno mexicano. Esa alianza afrontó un obstáculo cuando inició la Administración de Andrés Manuel López Obrador. El presidente dio luz verde para el Gran Premio solo que su Gobierno no aportaría recursos económicos. Cada año, el Gobierno federal aportaba hasta 40 millones de dólares para realizar el Gran Premio hasta 2019. Quien sí estrechó los lazos fue la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien llegó a un acuerdo con los socios de la iniciativa privada para mantener las carreras de élite hasta 2024, debido a eso se le cambió de nombre de Gran Premio de México a Gran Premio de Ciudad de México.

“El Gran Premio está muy sólido en México, continuará en los próximos años sin ningún problema. Se está trabajando para que en 2024 y 2025 se realice el Gran Premio de Cancún, entre abril y junio, y continuaremos con el GP de Ciudad de México en noviembre”, cuenta a EL PAÍS Antonio Pérez, padre del piloto mexicano Checo Pérez e impulsor de la Fórmula 1. El proyecto en el Caribe mexicano aún busca tener la luz verde por parte de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). El piloto de casa, Checo Pérez, ha sido el gran embajador de la Fórmula 1 y este año ha ganado repercusión al ser parte de una de las grandes escuderías, Red Bull, y tras subirse en cuatro ocasiones al podio. Ningún piloto mexicano ha terminado en los primeros tres lugares y Pérez, con un buen ritmo tras las últimas carreras, nutre el optimismo. Las principales vialidades de Ciudad de México se han volcado en anuncios publicitarios a favor del piloto. La capital quiere volver a la fiesta dentro del autódromo. El Gran Premio de México está a la ‘vuelta de la esquina y los preparativos para que llegue el ‘gran fin de semana’ de la Fórmula 1 en nuestro país se hacen presentes, por lo que el circuito Hermanos Rodríguez pule detalles para recibir a los miles de fanáticos el fin de semana del 5 al 7 de noviembre. Checo Pérez se ha olvidado de su accidente de las últimas horas en los entrenamientos en la capital mexicana, saliendo ileso y el coche destrozado. No correrá pero tiene palabras de esperanza para lograr que Cancún cuente con su carrera Formula 1 en el 2024 o 2025. “Le mola Cancún…”

@SantiGurtubay

@BestiarioCancun

www.elbestiariocancun.mx

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *