¿Arden Canadá y Estados Unidos? ¿Arderá Cancún?

EL BESTIARIO

SANTIAGO J. SANTAMARÍA GURTUBAY

Los muertos por la ola de calor, con temperaturas históricas de casi 50 grados, se registran por centenares. El mundo apuesta por la ‘descarbonización’, alarmado ante el Cambio Climático. El nivel de los océanos pudiera inundar las ciudades de Londres, Nueva York y Shanghai, incluso la Península de Yucatán…

Para adaptarse al Cambio Climático, Cancún se debate entre una posible inundación –que algunos especialistas sitúan entre 20 y hasta 80 años– y la demolición de hoteles, advirtió poco antes del inicio del COVID-19. Ana Lorena Gudiño Valdez, asesora nacional del proyecto Adaptur de la Agencia Alemana de Cooperación para el Desarrollo (GIZ, por sus siglas en alemán). Al mismo tiempo, Jorge Escobar Martínez, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Biólogos, dijo que lo más probable es que antes de que ocurra un incremento en el nivel del mar e inundaciones, habría fenómenos hidrometeorológicos que destruirían la infraestructura, “y ahí tenemos un grave riesgo”, alertó. El estudio ‘Contribuciones de las capas de hielo al futuro del nivel del mar’ pronostica que si los gases de efecto invernadero (GEI) continúan, y el incremento de la temperatura alcanza cinco grados en los próximos 80 años, el nivel del océano superaría los dos metros, cubriendo las ciudades de Londres, Nueva York y Shanghai, incluso la península de Yucatán; actualmente, más de seis millones de personas viven en zonas costeras vulnerables. Ana Lorena Gudiño, asesora nacional en Cambio Climático y Turismo de Adaptur, dijo que el proyecto cuenta con cuatro millones de euros (85.2 millones de pesos) para asistencia técnica en la adaptación basada en ecosistemas para que el sector turístico identifique el riesgo y la vulnerabilidad del negocio respecto a los impactos. Añadió que la GIZ apoya sitios piloto como Cancún-Riviera Maya-Cozumel, Riviera Nayarit-Jalisco, San Miguel de Allende, Guanajuato, donde además buscan involucrar al sector privado, que dijo no es fácil de sensibilizar, para financiar y desarrollar medidas de mitigación; empero, poco a poco descubren que hay mayor concienciación de la que creen.

“Los empresarios ya hablan de cambio climático y de adaptación, ya saben que se tienen que adaptar y saben que el impacto por supuesto es ambiental y social, pero ellos obviamente lo traducen a su lenguaje empresarial y saben que hay un impacto económico muy fuerte. Hay muchos que ya se dieron cuenta que hay que cambiar el modelo de turismo, porque si no ya no es sustentable ni sostenible”, manifestó. Gudiño Valdez precisó que la sustentabilidad también requiere vacacionistas conscientes en la conservación natural y cultural. Se calcula que 20 por ciento de los turistas que actualmente viajan a México buscan prácticas sustentables, sobre todo el mercado más joven, quienes tienen más conciencia en temas de sustentabilidad. Dijo que particularmente los empresarios turísticos del Caribe mexicano están bastante conscientes y sensibles, que incluso reconocen el riesgo en el que está la región costera, sobre todo porque dicen saber que aquí viven sus hijos y sus familias y que si se acaban el destino no habrá negocio ni nada para su descendencia.

Ana Lorena Gudiño refirió que Adaptur trabaja con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), que generan escenarios y en todos, si no cambia el modelo actual de vida, hay un inminente incremento en la temperatura del mar. La amenaza a los arrecifes, una barrera natural que regula la fuerza y velocidad del oleaje, es la muestra más reciente de la degradación a la que, principalmente los actores de la industria turística están sometiendo al planeta en ese tipo de ecosistemas. Al respecto, Jorge Escobar Martínez, presidente de la Federación Mexicana de Colegios de Biólogos, dijo que si bien el cambio climático está provocando la crecida de los océanos y el deshielo del Ártico, es más factible que antes de que crezca el nivel del mar haya fenómenos meteorológicos que destruyan la infraestructura. El científico citó que el informe de los expertos climáticos de la ONU alertó de que el aumento del nivel de los mares está acelerándose y es irreversible, y que si la tendencia actual no cambia podría crecer hasta 84 centímetros por una larga lista de impactos devastadores como un mayor deshielo de los glaciares y pérdida del permafrost (la capa de suelo congelado). “Lo más probable es que tengamos fenómenos antes de un incremento del nivel del mar, con fenómenos de desastre por cambios en la dinámica costera derivada de las modificaciones en la circulación de los océanos y cambios de la temperatura. Antes de pensar en procesos que nos inunden nuestras ciudades costeras, que ya hay modelos muy bien calibrados, debemos de preocuparnos por fenómenos meteorológicos”, mencionó.

Sobre lo que espera a Cancún, tomando en cuenta que la duna fue devastada para construir hoteles, la representante de la Agencia Alemana de Cooperación concluyó que necesitan restaurarse los médanos, el manglar y replantear el modelo turístico e incluso dijo que hay riesgo de demolición. “Hay infraestructura que es sumamente vulnerable porque la exposición es tan alta, que no hay forma. Hay países en los que ya se tuvieron que tirar hoteles, son decisiones sumamente complejas, son decisiones de muchos actores porque los impactos sociales y económicos también son muy grandes, pero estamos en un punto de no retorno; qué va a pasar cuando suba dos metros el mar, qué va a pasar con la infraestructura hotelera”, preguntó. Agregó que en algunos casos podría echarse mano de medidas de adaptación híbridas: infraestructura y conservación y/o restauración de ecosistemas, pero en algunos casos no habrá esa posibilidad, que es precisamente lo que detecta Adaptur antes de desarrollar, para recomendar a los inversionistas modificar el modelo turístico. Aseguró que ya hay casos de éxito: hoy, antes de construir, los empresarios detectan cuáles son los puntos de riesgo e incluso modifican sus planes maestros, por lo que los proyectos a futuro en Ciudad Mujeres y todo el Caribe mexicano, así como en Riviera Nayarit, Puerto Vallarta y La Paz, por ejemplo, serán desarrollados inclusive con medidas de mitigación. Gudiño Valdez, por su parte, saludó la postura empresarial debido al grave riesgo que representan los fenómenos asociados a las tormentas y los huracanes, que destruyen la infraestructura y todo a su paso, y destacó la cultura de la prevención del Caribe mexicano, ejemplo a nivel mundial.

Antes del último domingo de junio del 2021, las temperaturas en Canadá y en Estados Unidos nunca habían pasado de los 45°C. Decenas de personas, que se cuentan ya por cientos, según datos de la BBC News, han muerto en medio de una ola de calor sin precedentes que está batiendo récords de temperatura. Los termómetros alcanzaron los 49,5°C en el pueblo de Lytton, ubicado en la provincia de Columbia Británica, por tercer día consecutivo. El fenómeno ha traspasado las fronteras canadienses. El noroeste de Estados Unidos también ha registrado máximos históricos y víctimas fatales. La causa de esta ola corresponde a un ‘domo de calor’ de aire caliente estático a alta presión (que actúa como la tapa de una olla) que se extiende desde California hasta los territorios árticos. Las temperaturas son más bajas en las zonas costeras, pero las regiones del interior tienen poco respiro. Otras partes del hemisferio norte también experimentan condiciones excepcionales de principios de verano, entre ellas el norte de África, la península Arábiga, Europa oriental, Irán y el subcontinente indio noroccidental, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial. En esas zonas, las temperaturas diarias superaron los 45°C y alcanzaron más de 50°C en el Sahara. Rusia occidental y las áreas que circundan el mar Caspio también han experimentado temperaturas inusualmente altas como resultado de una gran área de alta presión. En la región de Moscú, la OMM estima que el calor alcanzará los 30°C durante el día y se mantendrá por encima de los 20°C por la noche, mientras que las áreas más cercanas al Mar Caspio tendrían temperaturas de unos 40°C con más de 25°C en la noche.

De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, es probable que se establezcan algunos récords también en esa zona del planeta durante esta ola de calor. “El planeta se acerca de forma inexorable al objetivo menos ambicioso del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático mucho antes del plazo fijado. El Acuerdo de París busca mantener el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, tratando de limitarlo a 1,5 °C”.  “Es una nueva llamada de atención sobre la necesidad de acelerar la adopción de compromisos mundiales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr la neutralidad en carbono”, enfatizó Taalas.

En mi titular de esta columna EL BESTIARIO he utilizado la frase ¿Arden Canadá y Estados Unidos? ¿Arderá Cancún? Recordando uno de mis viajes a París, capital de Francia, en un mes de julio, donde los termómetros marcaban más de 30 grados, el taxista nos preguntó ¿Arde París?… Ese ¿Arde París? hacía referencia al excesivo calor por entonces, nada que ver con lo que están sufriendo estos días los ciudadanos canadienses y estadounidenses, pero también a una anécdota que aparece plasmada en la novela histórica de Larry Collins y Dominique Lapierre publicada en 1964, bajo el título de ‘¿Arde París?’. Describe los días de agosto de 1944 y, muy detalladamente, las horas que precedieron a la Liberación de París por parte de las Fuerzas Aliadas, las Fuerzas Francesas Libres y los movimientos de Resistencia interior, adheridos estos últimos en su mayoría al Partido Comunista Francés durante la Segunda Guerra Mundial. La obra debe su título a la pregunta hecha por Hitler a sus generales reunidos en el Gran Cuartel General de Rastenburg, Prusia Oriental, el 25 de agosto de 1944, momento en el que este se negaba de manera obstinada a perder París luego de cuatro años de ocupación. Sin embargo, la situación se había vuelto crítica: a falta de unidades para retener la ciudad, el general Dietrich von Choltitz había recibido la orden personalmente de Hitler, de resistir hasta el último hombre, y de destruir París por medio de cargas explosivas localizadas en los más importantes monumentos de la ciudad, así como arrasar con aquellos barrios donde los ejércitos alemanes encontraran resistencia y apoyo a las tropas de liberación.

Esta obra se caracteriza por mostrar desde diferentes puntos de vista el conflicto: el de los habitantes de París, los soldados de Leclerc, el de Eisenhower, el de Hitler y de manera particular el del general Von Choltitz. Para ello, los autores entrevistaron a docenas de testigos y protagonistas de los hechos. Es además, rica en detalles que parecen triviales, pero que en su conjunto van retratando la atmósfera que vivía París, sus habitantes y ocupantes en los días previos a la liberación. La importancia del papel del general Von Choltitz, gobernador alemán de París, quien se negó a obedecer la orden de Hitler de destruir la ciudad, es reconocida actualmente por los parisinos de una manera muy curiosa, pues en la grabación que se escucha en el autobús turístico que recorre los distintos monumentos de la ciudad, se menciona que dichos monumentos siguen ahí gracias a Von Choltitz.

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